Por Jesús de Vega
Me gustaría creer en el talante democrático del sindicato de la Policía Municipal que utilizó la frase “rojo de mierda” para ofender al concejal del Ayuntamiento de Madrid, pero mucho me temo que con dichas aclamaciones ellos mismos quedan retratados.
Si leen esto, me gustaría que contestaran a las siguientes preguntas: ¿qué les parecería a ellos, si en plena manifestación, se presentaran otros antidisturbios y los molieran a palos, como suele suceder cuando los trabajadores se manifiestan y, según no se sabe qué criterio, molestan? ¿Comprenderían, dentro de su talante democrático, que sus otros compañeros están trabajando?
Piensen tanto en la frase, cuanto menos, de otros tiempos represivos y piensen en cómo se ve su trabajo en el lado opuesto.